Está, para empezar, el estilo de Alcatena: una profusión incansable de
detalles, arquitecturas, maquinarias y criaturas; cada página del libro
(editado por Belerofonte y LocoRabia) parece animada por el horror vacui de obras como el Libro de Kells,
los grabados de Jean Duvet (1485-1562) y los dioramas de Kris Kuksi;
las arquitecturas remiten a veces a Escher y a Piranesi, y hacen pensar
en la ciudad que describió Borges en "El inmortal" y que tomó prestada
de H.P.Lovecraft, mientras que los diversos demonios y criaturas parecen
surgidos de un bestiario medieval, de un block de notas de H.R.Giger,
de un manual de zoología imaginaria o, sencilla y terriblemente, de un
mundo de pesadilla. La imaginación visual de Alcatena, entonces, parece
no conocer límites.
Después viene la historia, las historias. En un futuro mítico que bien
podría ser un pasado remoto, tan legendario como la Era Hiboria de
Robert E. Howard o las tres edades de la Tierra Media en Tolkien, la
humanidad (o, mejor, aquello en que ha devenido la humanidad: seres
híbridos, criaturas mágicas, humanoides mecánicos, demonios) habita en
ciudades gobernadas por los poderosos y sus magos, asistidos por
guerreros, uno por ciudad. No hay ejércitos, no hay cortes de nobles, no
hay burocracia: sólo sabios, gobernantes, guerreros, y el pueblo. El
saber es guardado celosamente por los sabios, que aparecen en el libro
como magos de gran poder: un poder que les permite dominar al universo,
cuyas extrañas leyes comprenden. Cada ciudad, además, es diferente a las
demás, en un universo exactamente análogo al arte de Alcatena, un
universo donde nada se repite, donde todo es singular, donde sólo
existen individuos y las especies han sido, claramente, trascendidas...
donde todo, en tanto vasta orquestación de lo diferente, está en guerra,
ciudad contra ciudad, mago contra mago, guerrero contra guerrero.
Tras entrar a este mundo irrumpimos en la historia de Hark, un trickster,
un hombre que irrita a humanos y a dioses por igual y que es capturado
por el gobernante de una ciudad para someterlo a ciertos procedimientos
que lo convertirán en un guerrero invencible (con el que él podrá
derrotar a los gobernantes de las otras ciudades, por supuesto). El
resto del libro es una suerte de viaje del héroe en el sentido
arquetípico, un periplo de descubrimiento y de búsqueda de cierta
verdad, y es interesante que el punto de partida sea el pícaro
arquetípico o, como ya he dicho, el trickster: ciertas lecturas
de los Arcanos Mayores del Tarot en tanto viaje iniciático hacen
comenzar la secuencia con la figura de El Loco, otro bromista infinito e
irreverente. Ese movimiento de Hark por su universo, en busca de paz
(precisamente lo que no parece existir en este universo convocado por
Mazzitelli y Alcatena) y conocimiento de sí mismo, nos presentará
docenas de historias, detalles narrativos de un mundo inagotable.
Es decir: si cada página nos arroja pequeñas sorpresas maravillosas en
cualquier rincón de sus viñetas, también la trama ideada por Mazzitelli
nos promete ese deleite; en el largo viaje de Hark es imposible no dar
con historias que nos maravillen más que otras, que se aferren a nuestra
imaginación y permanezcan allí, como imágenes encantadas. En mi caso:
la historia de los viajantes que buscan la salida del universo (página
101-102) se convirtió en la joya que justificaría (si fuera necesario,
si no hubiese perlas de igual valor por todos los rincones de Acero Líquido) volver a este libro y atesorarlo. El primer momento, digamos (y no el último) en que me sentí verdaderamente deslumbrado.
Pocos relatos (gráficos, cinematográficos, meramente verbales,
musicales) son tan pródigos en maravillas. Quienes conozcan la obra de
Alcatena, por supuesto, no se verán especialmente sorprendidos; sin
embargo, incluso comparado con otras creaciones del inmenso dibujante
argentino, Acero Líquido destaca como una muestra de virtuosismo
barroco: busquen el vigía y la ciudad de la página 29, la cantina de la
página 108, el asedio con estrellas de la página 163, las sirenas-manatí
de la pagina 181, la criatura sonriente de la página 185, y recuperen
el sentido de la maravilla, la marca de la mejor literatura (insisto:
visual o escrita, no importa) de fantasía, de ciencia ficción y, en una
palabra, imaginación.
Publicada originalmente en Partículas Rasantes el 12 de abril de 2012
Conocí la tira por medio de Skorpio y me pareció grandiosa,es un enorme merito de sus autores crear un mundo imaginario e inexistente en el tiempo y la geografía pero innegable en el universo de la imaginación de quién este interesado, infinitas gracias por este trabajo y su originalidad
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